La Orden de religiosas Concepcionistas Franciscanas fue fundada por SANTA BEATRIZ DE SILVA en 1484 para el servicio, la contemplación y celebración del misterio de María en su concepción Inmaculada.

En nuestra Comunidad Concepcionista de Tunja, como guardianas de esta bella imagen de NUESTRA SEÑORA DEL MILAGRO, tenemos este privilegio especial en la orden.

Somos totalmente Cristo céntricas, contemplativas y libres, siempre con nuestra entrega total nos unimos a la obra de la redención de la humanidad.

Llamadas  a una vocación especial en la Iglesia, en donde todos juntos hacemos oración personal y comunitaria, viviendo en fraternidad con un mismo ideal, la salvación de las almas y el reinado de Jesucristo en el mundo.

María Inmaculada orienta la vocación en dirección a Dios. Vale la pena consagrarle la vida.

Imitamos a San Francisco de Asís, su pobreza y espíritu de humildad.

El monasterio es la casa de Dios y la puerta del cielo, casa de oración, de silencio y de vida oculta, donde las religiosas viven sólo para Dios, lo hacen todo por Dios y todo con Dios.

La vida contemplativa es un don excelente que Jesucristo dejó en su Iglesia, en donde personas por amor a Él, entregan su vida en silencio para orar por los que no oran, para amar por los que no aman, para trabajar con perfección por los que no saben decubrir el valor del trabajo y para salvar a los que no conocen de Dios.

La religiosa Concepcionista es la mujer a la que Dios le confía una misión personal dentro de la Orden para bien de la Iglesia y del mundo.